Para México fue una novedad que Alfonso Cuarón presentara Roma (2018) como una película basada en sus memorias infantiles, haciendo tributo a Liboria Rodríguez “Libo”, empleada doméstica que trabajó para sus padres y cuidó de él y sus hermanos; desde entonces, se han visto dos vertientes en la industria fílmica: el rescate del cine semiautobiográfico y el desentierro de aquellos quienes ya lo habían abordado en el pasado.
Un ejemplo es Federico Fellini, “vaca sagrada” del cine italiano, con gran parte de sus cintas autorreferenciales, es el caso de 8 ½ (1963) y Amarcord (1973), por mencionar sólo algunas; éstas además contienen visiones romantizadas de su mismo oficio y de la juventud que vivió en la ciudad de Rimini.
“No sé si son las que inauguran esta corriente, pero son las más antiguas de las que me acuerdo, junto con Los 400 golpes (1959), de François Truffaut, que, evidentemente, es todavía primero”, describe Julio César Durán, experto cinematográfico.
Al igual que Durán, Reporte Indigo conversó con Bianka Estrada y Nicolás Ruiz, periodistas especializados en la industria fílmica, para discutir sobre largometrajes que han estado antes y después de Roma, de Cuarón, porque, dicho sea de paso, en 2022 dos películas de este corte están nominadas a los premios Oscar.
Ruiz ejemplifica que, además de la ópera prima de Truffaut, existe otro largometraje realizado en 1933, Cero en conducta, del cineasta francés Jean Vigo, quien también hace de la infancia su pretexto narrativo, lo que hace precisamente el actor Kenneth Branagh con Belfast, cinta que compite a Mejor Película y seis categorías más.
“Los 400 Golpes, Amarcord y Cero en Conducta tienen como con Belfast y Roma esta nueva corriente del Oscar, la relación de Hollywood con la realidad y que…