Andrea Meneses Guerrero tiene 45 años. Es actriz y dramaturga de mimo corporal y circo aéreo. Se graduó en la International School of Corporeal Mime en Londres e hizo un posgrado en enseñanza y dirección, y una especialización en pedagogía infantil. Además, fue una de las cofundadores del Teatro R-101 en Bogotá.
Su camino ha sido exitoso y de mucho trabajo, de buscar las formas de expresión del arte a través de la acrobacia área y el mimo.
Pero en su corazón hay un vacío. El 29 de junio de 1984 desapareció su mamá, Ligia María Guerrero, y desde hace 38 años ella y su familia no saben nada de esta mujer a la que definen como “fotógrafa, simpatizante de grupos políticos marxistas-leninistas, estudiante, guitarrista, pertenecía a un grupo de teatro de agitación política y era también practicante de artes marciales y cantante”.
A ella le hizo la obra ‘Un abrazo al vacío’, que presentará en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán el 16 de marzo y el 27 en el Teatro Ensueño.
EL TIEMPO habló con Andrea Meneses sobre su historia y este proyecto, en el que la acompañan Felipe Vergara (dramaturgo y director), Marcia Cabrera (actriz y cantante); Javier Ojeda (compositor de Burning Caravan), Felipe Camacho (diseñador de arte) y Pablo Restrepo (director de arte) y René Sánchez (asesor aéreo).
¿Qué pasó con su mamá?
Mi mamá desapareció en junio de 1984, se fue a tomar fotografías al Golfo de Urabá y nunca regresó. No se sabe qué pasó. Ese es uno de los tantos vacíos que componen nuestra historia.
¿Cuál es su último recuerdo de ella?
Los recuerdos se han ido borrando con el paso del tiempo, no podría decir cuál fue exactamente el último. Mis memorias de ese tiempo compartido son como los restos de una ciudad en ruinas, fragmentos flotantes y llenos de neblina que se expresan a través de imágenes o emociones: un abrazo en las noches frías, una obra de títeres en la Libélula…