La vida te da revancha, y quienes pueden ver en cada experiencia el vaso medio lleno, tienen un plus para ganar. Este es el caso de Maximiliano Barrientos, un cineasta nacido en Misiones que se fue de la Argentina para ejercer la profesión que ama, pero la pandemia lo hizo cambiar los planes y pasó de trabajar para Warner Bross en Inglaterra, a la venta ambulante de chipá en las calles de París.
Su sueño comenzó cuando este joven que hoy tiene 30 años pensó en perfeccionarse en el mundo del entretenimiento, su gran pasión. Se fue a Hollywood, en Estados Unidos, también pasó por México donde hizo su primer documental que le dio ganancias, y más tarde se fue a Europa para trabajar en la mega productora.
En 2020 la pandemia lo sorprendió en Londres y tuvo que abandonar todo por las restricciones que impuso Boris Johnson y el cierre de las fronteras. Lo primero que pensó fue en irse a Francia, donde llegó con muy pocos ahorros ya que todo lo que ganaba lo invertía en realizaciones cinematográficas para presentar a las grandes compañías del mundo.
Maximiliano Barrientos inauguró su carro en París.
Cuando se quedó sin una libra y sin un euro, prácticamente viviendo en la calle y sin saber qué hacer, es cuando Maximiliano decidió retomar las “changas” que hacía de pequeño, cuando se dedicaba a la venta ambulante de chipá en su tierra natal. Nunca pensó que los ingresos de ese negocio serían los que hoy lo están llevando al Festival más grande del Cine, Cannes, donde presentará un nuevo film.
Su infancia, la venta de chipá y su maestro
Todo lo que pasa en la vida de Maximiliano relaciona al pasado con el presente y el futuro que tiene como meta. La llegada a Francia fue desoladora para este joven misionero. No sabía qué hacer, pero al ver que había muchos latinos con ventas en las calles, desde facturas hasta empanadas, fue que pensó en hacer chipá y salir a comercializarlos en diferentes zonas parisinas.